Gilma Sucely Carías López y Grindy Jazmín Carías López Muerte fraterna

Por Fernanda G. Marchant

En las fotografías e ilustraciones que se publicaron tras su muerte, las hermanas Carías López se retratan con mirada fija, desafiante. 

En una de las fotografías, Jilma, de 14 años, está peinada con dos moños a los lados y sonríe traviesa. En otra, Grindy, su hermana mayor de 16 años, frunce el ceño.

El hogar donde crecieron Gilma y Grindy está en el Barrio Latino, en Jutiapa. Una casa hecha con láminas, en la que compartían habitación con sus padres y dos hermanos más.

Las hermanas murieron quemadas junto a 39 de sus compañeras, en el incendio del Hogar Seguro en San José Pinula. 

Era la tercera vez que ingresaban al centro estatal. En esa última, según contó su abuela Blanca Martínez a Soy502, entraron porque estaban siendo amenazadas por un grupo de pandilleros.

La primera en ser identificada entre las víctimas fue Grindy. A los días, se confirmó que su hermana también había muerto. 

En el velorio, María Odilia López, su mamá, dijo sentirse culpable por la forma en la que terminó la vida de sus dos hijas. Dijo a Prensa Libre, que de las tres veces que estuvieron en el centro, ella nunca las fue a visitar porque por lo general no pasaban más de cuatro semanas recluidas.

Compartir en redes:
Regresar al Memorial

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *