Rosalinda Victoria Ramírez Pérez Un corazón, un compromiso

Por Fernanda G. Marchant

Una cadena gruesa y plateada cae sobre el cuello de Rosalinda Pérez. Está formada por un patrón de delfines y corazones. De ella, cuelga un corazón abstracto.

El collar pertenecía a su hija Rosalinda Victoria Ramírez Pérez. Lo llevaba puesto cuando murió el 8 de marzo de 2017, junto a 40 de sus compañeras. Ahora, su madre lo carga siempre con ella.

Tres meses antes del incendio en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción, Rosalinda ingresó al lugar porque su familia no tenía los recursos para mantenerla. Tenía 15 años y era la menor de cuatro hermanos. Deseaba convertirse en veterinaria.

En la habitación de 7 x 6.8 metros, donde fuerzas policiales encerraron a 56 adolescentes, el fuego consumió la vida de 19 de ellas en cuestión de minutos.

Las otras 37 niñas fueron trasladadas a hospitales y, a los pocos días, 22 murieron por la gravedad de sus quemaduras. Rosalinda fue una de ellas.

Por varios meses los familiares de las adolescentes se reunieron en el Parque Central de la Ciudad de Guatemala a exigir justicia. En una nota de Soy502, Rosalinda Pérez dijo que fue su hija quien se lo pidió. “Mi hija me reveló en un sueño que yo pidiera justicia, me dijo que viniera aquí al parque a clamarlo”.

A casi cinco años de ese 8 de marzo, las 56 familias siguen esperando justicia.

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