Wendy Anaí Vividor Ramírez La niña que inspiró a tejer una manta

Por María José Longo Bautista

El nombre de Wendy Anaí Vividor Ramírez está tejido en una manta por mujeres que exigen justicia para las 41 niñas y adolescentes quemadas en el Hogar Seguro. 

La mujer que tejió el nombre de Wendy lo hizo en 2019, mientras miraba una fotografía con su rostro de tez morena, pelo negro, sonrisa discreta y ojos asiáticos. Mientras escuchaba la canción “Llora el Cielo” de Rebeca Lane, cantante guatemalteca. Fue el primer tejido de su vida. La manta viajó entonces a Argentina para acompañar otras luchas de mujeres. 

Wendy creció en Esquipulas, en el municipio Chiquimula. Estudió en la  Escuela Urbana para Niñas Pedro Nufio y el 19 de enero de 2017 ingresó al Hogar Seguro para quedar a cargo del Gobierno de Guatemala. 

Un mes y medio después, la adolescente que inspiró a tejer una manta no era feliz en el hogar y decidió escapar junto a más niños y niñas, pero la policía la detuvo y la encerró en un cuarto junto a 55 niñas más. El lugar se quemó y aunque Wendy pidió auxilio para salir, nadie la escuchó ni a ella ni a las demás. 

Murió a los 16 años en un hospital de Texas, en Estados Unidos, a donde la trasladaron  con la esperanza de que se recuperara de las quemaduras.

Sus amigas la recuerdan como una adolescente amigable y sociable, con personalidad agradable y pacífica.  

María Elizabeth Ramírez, la madre de Wendy, exigió justicia desde que su hija murió hasta que a ella también la asesinaron. El crimen fue con arma blanca el 21 de febrero de 2021.  El cadáver fue encontrado en un bosque de Esquipulas y la policía nunca aclaró el crimen.

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