Era marzo de 2017 y Claudia Ventura estaba emocionada porque ese mismo mes, su hija volvería a casa con ella. Habían pasado seis meses desde que la adolescente permanecía recluida en un centro estatal para menores.
Yoselin Beatriz Ventura Pérez, de 15 años, nunca volvió a su casa. El 8 de marzo murió junto a 40 de sus compañeras producto del incendio que iniciaron, en modo de protesta, por los maltratos que recibían en el lugar.
Claudia relató a Prensa Libre que su hija había ingresado al hogar porque unas personas denunciaron que ella maltrataba físicamente a la niña, pero la mujer lo desmintió. De acuerdo a sus palabras, Yoselin era su “niña consentida”.
La comunidad de Nuevo Egipto, en Malacatán, San Marcos, fue el lugar que la vio crecer. Una de sus mayores aspiraciones era convertirse en profesora.
En una ilustración de la adolescente, realizada para la campaña #NosDuelen56, se la ve con un delantal de maestra y el título “Seño Yoselin”, como soñaba que algún día le dijeran sus alumnos.