Este es un episodio de podcast. Para escucharlo haz click en el reproductor
Aquí puedes leer la transcripción:
Narradora: Hay llamadas que pueden cambiar vidas.
Así le pasó a Mayra Jiménez. A eso de las 8 de la mañana del 8 de marzo de 2017, estaba en su casa, cuando sonó el teléfono.
Al otro lado estaba su hija, Stef. Stef estaba viendo las noticias, cuando escuchó:
Stef Arreaga: En ese mismo instante yo llamo a Mayra.
Narradora: Estaba preocupada. Un albergue estatal de protección para niños, niñas y adolescentes se había incendiado en San José Pinula, a unos 25 kilómetros de la Ciudad de Guatemala.
La tarde anterior, unos 100 jóvenes habían tratado de huir del Hogar Seguro Virgen de la Asunción.
El albergue se había creado diez años antes para proteger jóvenes que necesitaban un espacio seguro, que no tenían una familia que pudiera hacerse cargo de ellos,o que eran víctimas de violencia.
Pero el lugar pronto se volvió inmanejable. Se pensó para albergar a cientos de personas, pero nunca tuvo las instalaciones ni el personal adecuado. Durante años se apilaron denuncias de malos tratos, de violencia, y de abusos.
Así que los intentos de escapar del «Hogar» eran bastante comunes. La diferencia es que ese 7 de marzo, agentes de policía persiguieron a los jóvenes que huyeron y, en la madrugada del 8 de marzo, los metieron de nuevo en el Hogar Seguro. A 56 niñas y adolescentes las metieron en una pequeña aula, encerradas bajo llave.
Las niñas pasaron horas pidiendo que les abrieran la puerta, que les dejaran ir al baño y cambiarse la ropa. Estaban sucias y empapadas. Pero solo recibieron burlas y gritos de las policías que las custodiaban.
Así que, hartas, por la mañana, encendieron un fósforo con el que inició un pequeño fuego que rápido se descontroló. El aula se prendió en llamas. Las niñas gritaron por nueve minutos y medio, hasta que alguien abrió la puerta.
Pero de todo esto, Mayra se enteraría más tarde. Cuando recibió la llamada de Stef, apenas se sabían dos cosas: se había reportado un incendio en el Hogar Seguro y, por lo visto, había niñas heridas.
Mayra Jiménez: Y en ese momento cabalmente surgió la pregunta: «Bueno, ¿y qué hacemos? ¿Qué hacemos?». Algo hagamos, pues no nos podemos quedar indiferentes a esto.
Narradora: Mayra y Stef se organizaron. Mayra se subió a su camioneta y decidió manejar 20 kilómetros hasta el Hogar Seguro Virgen de la Asunción para ayudar a un amigo psicólogo que iba en camino.
Stef prefirió ir al Hospital General San Juan de Dios, en la zona 1 de Ciudad de Guatemala. Escuchó que ahí podían llevar a las niñas heridas, y pensó que quizás podría ayudar en algo. Las ambulancias no tardaron en llegar.
Había niñas en estado crítico.
Stef Arreaga: Allá yo no dije una palabra y lo único que hice fue ayudar a un policía a abrir las puertas de par en par para que pudieran bajar a las niñas de la ambulancia y poderlas ingresar.
Narradora: A través de llamadas, de las noticias, de redes sociales, las personas comenzaron a enterarse del incendio. Algunas tomaron una decisión contundente, cómo la de Mayra y Stef: había que hacer algo, había que ayudar.
Soy María Olga Domínguez, periodista de Ocote, y en este episodio te invito a que me acompañes a conocer a algunas de estas personas que en los últimos cinco años y medio han apoyado a sobrevivientes y a familiares de las víctimas del incendio.
Hay quienes llevaban años en este trabajo,con niñas, con adolescentes, con mujeres. Para otras personas, el caso del Hogar Seguro Virgen de la Asunción fue un parteaguas.
Este es el tercer episodio del podcast de No fue el fuego, el especial periodístico de Ocote en el que te narramos los hechos alrededor del incendio del Hogar Seguro.
***
Narradora: Las horas pasaban y la crisis fuera del Hogar y de los hospitales aumentaba. Desde temprano, familiares habían llegado al albergue. No sabían dónde estaban sus hijas. Si estaban bien, si habían estado en el incendio o si las habían llevado a algún hospital. En medio del caos era imposible tener certezas.
Así que Mayra, desde el Hogar Seguro, y Stef, desde el Hospital San Juan de Dios, decidieron asumir una tarea que vieron que nadie más estaba haciendo. Se pusieron de acuerdo y empezaron a recopilar información de las niñas que habían estado en el incendio y fueron trasladadas a los hospitales.
Stef y una amiga hablaron con el personal del Hospital Roosevelt y del Hospital San Juan de Dios. Los bomberos de las ambulancias les dieron algunos nombres.
Stef Arreaga: Entonces lo que hicimos fue empezar a cotejar esa información y a ver realmente qué nombres eran los que teníamos y a sacar un primer listado oficial, o sea, el colectivo 8 Tijax fue, fuimos, quienes sacamos ese primer listado oficial de niñas fallecidas y de algunas de las niñas que estaban entrando a los hospitales.
Narradora: Después, cotejaron los datos con la información que Mayra y otra compañera conseguían, preguntando a las familias que habían llegado al Hogar Seguro.
Stef Arreaga: Desgraciadamente, fue de boca mía que muchas de las familias tuvieron información de sus hijas, ¿no? A algunas les tuvimos que dar la noticia que sus niñas estaban en el Hospital San Juan de Dios o en el Hospital Roosevelt, pero también yo tuve que dar los nombres de niñas que estaban fallecidas, entonces ese momento fue demasiado fuerte.
Narradora: El siguiente paso fue aún más duro. Junto con otras compañeras, Stef y Mayra fueron a la morgue, en la zona 3 de Ciudad de Guatemala. Ahí ayudaron a las familias a reconocer los cuerpos.
Mayra Jiménez: Es decir, empezamos a tener como un trabajo ahí, ¿verdad? Como trabajadoras del INACIF. No teníamos tiempo de ver ni teléfono, no sabíamos lo que estaba pasando afuera. Era intenso todo lo que se tenía que hacer adentro. Superaba realmente nuestras fuerzas.
Narradora: Así pasaron varios días. Entraban temprano y salían tarde. Personal del Centro de Atención Psicológica daban asistencia emocional, voluntarios llevaban comida para los familiares…
Stef Arreaga: Entonces lo que hacíamos nosotros era ordenar y canalizar esa ayuda para que las familias, pues, por lo menos en medio de esa desgracia y de esa tristeza, tuvieran un poco de facilidades; que supieran que tenían un panito ahí, una taza de café, que podían llevarse algunas cosas al velorio.
Narradora: Cuando el trabajo en la morgue terminó, Stef, Mayra y sus compañeras se sentaron a platicar sobre lo que seguía. De esas conversaciones nació la idea de crear un colectivo. Y un nombre.
Mayra Jiménez: Agarraron el calendario maya y, dicen para ver qué fecha había caído en el calendario, y cayó 8 Tijax, y cuando empezamos a leer, qué significaba el 8 Tijax decidimos que sí ¿verdad?
Narradora: Tijax es el nahual que representa la obsidiana. Es un día de purificación y balance.
Mayra Jiménez: La obsidiana es la que corta, es el cambio, el fuego, es la división, es el cambio de una cosa… Pues por eso nos llamamos colectivo 8 Tijax.
Narradora: Cuando Mayra y Stef se organizaban la mañana del 8 de marzo para ir al Hogar Seguro y al Hospital San Juan de Dios, en la zona 2 de Mixco, Carolina Escobar Sarti también se subía a su carro rumbo a San José Pinula.
Carolina es socióloga, escritora y poeta, experta en niñez y adolescencia, y directora de La Alianza, una organización no gubernamental que alberga a niñas y adolescentes sobrevivientes de trata y violencia sexual.
Si escuchaste el segundo episodio del podcast de No fue el fuego, quizás recuerdes cómo Carolina contaba que, cuando llegó al lugar, el ambiente era caótico: funcionarios públicos hacían llamadas, había familiares desesperados, ambulancias asistiendo, y mucha incertidumbre.
Carolina Escobar: Entonces me acuerdo perfectamente que sale *** que había estado con nosotros en la Alianza y corre, y corre y me abraza y se pone a llorar y nos sentamos en la orilla de un módulo y me comienza a contar cómo oían los gritos, y cómo habían sentido tanta angustia, y que no las dejaban salir…
Narradora: En esos primeros momentos, como Carolina lo relata, solo tuvo tiempo de observar. Después de pasar unas cuantas horas en el lugar, mientras regresaba en su auto a La Alianza, Carolina trataba de ordenar pensamientos.
Carolina: Voy sintiendo más que pensando, verdad, porque llevaba muchas impresiones, y empiezo a tratar de ordenarlas, y lo que me queda es un saldo de fracaso, una confirmación… Iba pensando todo el camino en cómo esto podría ser el símbolo de lo que habíamos dejado de hacer con la niñez y adolescencia en el país, por décadas.
Narradora: Cuando llegó a su oficina, habló con los miembros de la junta directiva de La Alianza. Les explicó cómo estaba la situación y comenzaron a organizarse.
Había niñas y adolescentes, que habían estado en el incendio y estaban en un estado crítico. No tenían garantías de sobrevivir en los hospitales públicos de Guatemala. Así que, desde La Alianza, coordinaron con el entonces embajador de Estados Unidos, Todd Robinson, nueve ambulancias aéreas para trasladar a nueve de ellas a hospitales especializados en Texas y Boston.
Carolina Escobar: Bueno, en esa primera etapa nuestra primera función fue estar listas y listos para recibirlas. Lo de las ambulancias… y comenzaron a venir chicas que habían estado en el Hogar Seguro, pero que no estaban dentro de las sobrevivientes. Porque muchas estaban en hospitales.
Narradora: Acompañaron los casos de varias de las niñas que sobrevivieron. Desde diciembre de 2017 tienen bajo su responsabilidad a una de las chicas más afectadas, que fue tratada en uno de los hospitales en Estados Unidos y que regresó a Guatemala luego de 21 operaciones y tres meses en coma.
De manera paralela, Carolina, junto a su equipo, trabajaron un litigio estratégico para restituir los derechos de las sobrevivientes a través del sistema de protección a la niñez y adolescencia.
Algunas de las niñas, luego de salir del hospital, llegaron a La Alianza. De hecho, un día antes de entrevistar a Carolina para este episodio, la habían visitado dos de ellas. Carolina me comentó que ya habían tenido hijos y que llegaron junto a sus bebés. Hablaron sobre sus planes. Sobre el futuro.
Después de esos primeros momentos, del apoyo emocional, de los listados para identificar a sobrevivientes y víctimas, de las ayudas para lograr que las niñas tuvieran atención médica, llegó la siguiente fase.
Noticiero: Y a cinco días del incendio las autoridades ya realizaron las primeras capturas para deducir responsabilidades. Tres funcionarios de la Secretaría duermen hoy tras las rejas.
Narración: Cinco días después del incendio, cuando todavía se identificaban los cuerpos de las niñas fallecidas, se realizaron las primeras capturas. El 13 de marzo del 2017 Carlos Rodas, exsecretario de Bienestar Social de la Presidencia; Anahy Keller Zabala, exsubscretaria de Protección y Acogimiento a la Niñez y Adolescencia de la SBS y Santos Torres, quien era director del Hogar, fueron detenidos.
Empezó así un proceso penal que se alargará durante años. También se sumó el apoyo legal de organizaciones que se acercaron a las familias y a las sobrevivientes para acompañarlas en un litigio que sabían que sería tedioso.
Lo que quizás no se imaginaban, es que ese proceso penal también implicaría para algunas personas el inicio de amenazas e intimidaciones.
Te cuento más sobre esto después de la pausa.
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Narradora: La protesta y el intento de huída del 7 de marzo de 2017 no fue algo nuevo. Las denuncias y las quejas por los malos tratos habían sido una constante en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción. Instituciones públicas, entidades internacionales, especialistas y organizaciones sociales eran conscientes de esto.
En noviembre de 2016, la organización Mujeres Transformando el Mundo había presentado un amparo en el que solicitó el cierre del Hogar Seguro.
Así que antes de las primeras capturas, fue muy natural que la agrupación se ofreciera para trabajar con la Fiscalía de femicidio y la Fiscalía de niñez.
Propusieron unir esfuerzos para tomar declaraciones a los jóvenes que habían sido testigos de lo que pasó en el Hogar Seguro durante esas horas.
Esteban Celada: Entonces, tenemos una coordinación estrecha y directa, incluso para tomar y trasladar a muchos de los adolescentes para la toma de las declaraciones, eso estoy hablando en el marco de siete y ocho. Y, por supuesto, luego de eso, pues empiezan las coordinaciones para poder entonces, conjunto a otras organizaciones, atender a las víctimas directas y a las familias de las víctimas directas.
Narradora: Esteban Celada es abogado de Mujeres Transformando el Mundo y parte del equipo jurídico que ha dado seguimiento al caso. Cuando empezaron el proceso tenían dos preocupaciones fundamentales: que se fuera a revictimizar a las niñas y adolescentes, y que se perdiera la evidencia que pudiera ayudar a identificar a los culpables de los hechos.
La preocupación, después, se centró en otro problema: la demora en encontrar justicia. Cuando lanzamos este episodio de No fue el fuego, en la segunda mitad de 2022, habían pasado cinco años y medio desde el incendio del Hogar Seguro Virgen de la Asunción.
En este tiempo, todavía no se ha juzgado a ninguno de los acusados. Han sido cinco años y medio de retrasos. La demora en un peritaje hizo que el debate se atrasara varios meses. Las audiencias de ofrecimiento de prueba de uno de los grupos de acusados se suspendió hasta 15 veces. La Corte Suprema de Justicia tardó meses en designar a un juez que llevara el caso. Los abogados de la defensa se han retrasado y han faltado a audiencias. Y ha costado que el Organismo Judicial facilite una sala en la que quepan todos los acusados, los querellantes y la prensa.
Hasta septiembre de 2022, cuando cerramos la edición de este episodio, el inicio del juicio se había aplazado cuatro veces y estaba programado para el 9 de enero de 2023. Varias de las organizaciones presentaron un recurso para evitar que se siguiera retrasando, pero fue declarado sin lugar.
Sostener el apoyo emocional también se ha vuelto complicado. La Fundación Sobrevivientes, que acompaña legalmente a 27 familias de las víctimas del Hogar Seguro, también les ha dado apoyo psicosocial.
Silvia Tucum: Ha sido un proceso muy desgastante, muy largo definitivamente, y que en algún momento ha desilusionado a las familias, porque ellos esperaban demasiado. Incluso nosotros, ¿verdad? como organización esperamos bastante. Toda esta tragedia que sucedió, definitivamente…cuando inició y cuando se inicia el proceso, se tenían muchas expectativas.
Narradora: Silvia Tucum es abogada de la Fundación Sobrevivientes. Silvia asegura que en este tiempo algunas familias se cansaron de esperar. Muchas vienen de departamentos lejos de Ciudad de Guatemala. La mayoría no tienen recursos para viajar constantemente, y algunas dejaron de hacerlo, al ver que las audiencias se suspendían y que el proceso se atrasaba más y más.
Silvia Tucum: Hay molestias de las familias. Hay también indiferencia, «qué vamos a esperar, ya pasó tanto tiempo… Ya no va a pasar nada».
Narradora: Además, la comunicación muchas veces se complica. Hay familias sin acceso a teléfono o internet. Las organizaciones han perdido comunicación con una de las familias, que cambió de teléfono y de domicilio.
Cuando hablé con Silvia me explicó que la fundación está pasando por una crisis económica. Esto ha hecho que hoy por hoy no puedan seguir con el acompañamiento psicológico que daban a las familias de las víctimas del Hogar Seguro. Aun así, Silvia asegura que han tratado de mantenerse en contacto para poder apoyarles cuando lo necesitan.
Algunas de las personas que se lanzaron a ayudar cuando ocurrió el incendio, siguen apoyando, como pueden, a familiares y sobrevivientes. Stef y Mayra han tratado de ir a todas las audiencias del caso.
Mayra Jiménez: Algunas se ponían muy, muy mal. Ya veníamos nosotros con todo el cariño del mundo, le hacíamos cariñito: «Pues, vamos a salirnos un rato». Teníamos gotitas ahí de emergencia. Era unas gotitas de florales de Bach, pues, esencias de lavanda, de cosas que sirven para tranquilizar a las personas, ¿verdad? Y hacíamos uso de eso. Les damos acompañamiento y vamos, vamos otra vez. Entonces así participamos en todas las audiencias.
Narradora: Así, como han podido, las han ayudado. Por este trabajo han recibido amenazas e intimidaciones. Ahora dicen que se sienten seguras, pero involucrarse en el caso les ha causado problemas.
El 15 de febrero de 2019, Stef presentó una denuncia ante la Fiscalía de Derechos Humanos por intimidación. Cuando ella hacía una cobertura periodística en un albergue estatal en la zona 3 de Guatemala, vio que una persona que iba en un auto comenzó a tomarle fotos con el teléfono.
En la denuncia, Stef también dejó constancia de que en junio del 2017, al salir de una audiencia del caso Hogar Seguro, caminaba con Mayra. Un hombre pasó en un vehículo, les hizo un sonido y cuando se giraron les mostró un arma de fuego y las insultó. Stef y Mayra corrieron a refugiarse.
Esteban Celada asegura que algunos trabajadores de Mujeres Transformando el Mundo han presentado denuncias por amenazas o persecución. Esteban considera que la organización ha realizado señalamientos fuertes y contundentes hacía actores de poder que estuvieron en la administración del expresidente Jimmy Morales. Por eso, dice que este caso puede tener estas implicaciones para quienes buscan justicia.
Narradora: En este tiempo, las personas y organizaciones que han estado detrás de familiares y sobrevivientes, y que han dado impulso para que el caso no se desinfle, reman en un río contracorriente.
Primero, con un sistema de justicia en contra:
Esteban Celada: Ya vamos a cumplir seis años, ahorita el 8 de marzo, y, en efecto, cada vez es un desafío y un reto más grande el poder minimizar los impactos del proceso de justicia en la vida de las familias y también sobre todo de minimizar el impacto del litigio malicioso que se ha visto por parte de la defensa, y también de ese manto de impunidad que rodea el caso por parte de la institucionalidad.
Narradora: Además, han sido las organizaciones de la sociedad civil las que asumieron un rol que le corresponde al Estado.
Esteban Celada: Por eso es que se ha pensado en una institucionalidad, que tenga precisamente estos servicios, ¿verdad? Y que lo han impulsado tanto los movimientos de derechos humanos, organizaciones sobre todo de mujeres, en esta atención victimológica. Es decir, que por ejemplo un Ministerio Público en conjunto con un Instituto de la Víctima, deberían de haber sido quienes brindaran todo ese acompañamiento y atención en defensa de los derechos humanos de los niños y niñas que habían resultado implicados ,al igual que Procuraduría General de la Nación. Sin embargo, en este caso en particular es bien complejo porque es precisamente el Estado quien está siendo sindicado de la responsabilidad de lo que sucedió hace siete y ocho de marzo.
Narradora: Según la Ley orgánica del Instituto de la Víctima, esta institución se creó en 2016 para brindar asistencia y atención a las víctimas.
La ley especifica que el Instituto de la Víctima debe dar atención psicológica para contrarrestar las secuelas emocionales provocadas por un delito, como parte de un proceso de reparación digna. Además, indica que podría acompañar a las víctimas durante las audiencias, cuando el caso lo requiera.
La ley también explica que en el caso de niñas, niños y adolescentes, el instituto se coordinará con la Procuraduría General de la Nación.
Para este episodio consultamos al Instituto de la Víctima y a la PGN si habían apoyado psicosocialmente a alguna de las víctimas o familiares, pero al cierre de edición de este episodio no nos habían dado respuesta.
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Narradora: Las organizaciones también se encargan de dar apoyo legal, algo que corresponde al Estado. La Procuraduría General de la Nación, es la institución encargada de representar legalmente a las niñas, niños y adolescentes que no tienen representación legal.
De hecho, en este caso, la PGN representa a algunas de las víctimas, después de que una de las organizaciones renunciara como querellante. Pero la PGN también es la abogada del Estado. Por ley, le corresponde representar y defender los intereses del Estado.
Además, uno de los acusados, Harold Flores, todavía es el procurador de la niñez de la PGN. Para especialistas, esto es un problema porque sigue ocupando un cargo en el que debe representar los derechos e interés superior de las niñas, niños y adolescentes, pero al mismo tiempo es acusado por los delitos de incumplimiento de deberes, maltrato contra personas menores de edad y homicidio culposo
Esteban Celada: Nosotros vemos que puede haber un conflicto de intereses. Lo hemos denunciado ante los jueces que han conocido del caso, porque qué garantía hay que precisamente el jefe de la Unidad de niñez, que es una de las personas involucradas, pues también está defendiendo los intereses de las niñas que fueron víctimas.
Cómo podemos presumir la buena fe de una de una institución, de una unidad y de un funcionario que está directamente implicado en el esclarecimiento de los hechos. Como alguien que está implicado y que de eso depende de su inocencia o su responsabilidad y su libertad o guardar prisión, pueda defender los intereses de la niña y los suyos al mismo tiempo, ¿verdad? Entonces es sumamente complejo.
Narradora: Con un Estado ausente, con apenas apoyos y nadando a contracorriente, llevar estas cargas no es fácil. Las personas con las que hablé para este episodio, me dijeron que las fuerzas para seguir las han encontrado en quienes no se rinden:
Silvia Tucum: Una de las querellantes, una de las usuarias que la acompañé al Palacio donde están las cruces. Y yo veía, ella, pues la veía como con mucha fuerza de poder continuar, con venir desde lejos, hasta acá a hacer una vigilia, o sea, eso también lo motiva uno a continuar.
Narradora: También la encuentran en la perseverancia de quienes se niegan a olvidar:
Carolina Escobar: Mientras haya alguien que recuerde el hecho y persista en ello en los ámbitos de la justicia, en los ámbitos mediáticos, en los diversos ámbitos… Mientras haya gente que lo recuerde, el hecho va a estar ahí palpitando.
Narradora: O en el mismo dolor, que luego se convertiría en algo más:
Mayra Arreaga: Todo el caso está lleno de maldad, de mentiras, de dolor. Es muy complicado encontrar un sentimiento que dé paz y calma dentro de mí con respecto a esto. Pero quizás lo que puedo salvar un poco es el hecho de sentir que la gente puede encontrar en mí a alguien que las escucha que las quiere.
Steff Arreaga: A nosotros eso es lo que nos ha movido. No hay algo más que nos mueva que nos sea el amor, la ternura y la compasión por esta niña que pudo haber sido cualquiera de nosotros. Puede haber sido mi hija, que ahora tiene 15 años, tiene la edad de muchas de las que fallecieron en ese momento. Sí nos cambió la vida a nivel familiar también, pues a nivel personal hay muchas cosas que faltan por sanar.
Narradora: El guion y las entrevistas de este episodio los hice yo, María Olga Domínguez. La edición es de Carmen Quintela. La música original es de Isaac Hernández, quien también realizó el montaje y la producción sonora y musical, con el apoyo de José Andrés Morales. Las ilustraciones son de Rosario Lucas.
Para la construcción de este episodio se utilizaron entrevistas de Melisa Rabanales.
Ixmucané Us es la gestora de comunidad de Ocote y Magui Medina la coordinadora institucional. Élmer Menjívar es el editor del especial No fue el fuego. La voz institucional de Radio Ocote Podcast es de Lucía Reinoso Flores. Julio Serrano Echeverría es el coordinador creativo. Alejandra Gutiérrez Valdizán es la directora general y editorial de Ocote.